El único lugar en la estación espacial que se supone que los astronautas no deben limpiar

Si bien la mayoría de nosotros pone más énfasis en mantener limpios nuestros hogares y lugares de trabajo, a bordo de la Estación Espacial Internacional, la limpieza es imperativa. Las medidas antibacterianas son de gran importancia, ya que las bacterias tienden a acumularse en el aire que recircula constantemente dentro de la EEI. Todos los sábados en el espacio es un «día de limpieza» donde se limpian las superficies y los astronautas aspiran y recogen basura.

Pero hay un lugar a bordo de la estación donde la limpieza es un no-no. Pero no te preocupes, ¡todo es por la ciencia!

El experimento MatISS, o anclaje de aerosol microbiano en superficies innovadoras en la Estación Espacial Internacional, prueba cinco materiales avanzados y muestra qué tan bien pueden evitar que los microorganismos patógenos se asienten y desarrollen en microgravedad. MatISS también proporcionó información sobre cómo las biopelículas se adhieren a las superficies en condiciones de microgravedad.

El experimento está patrocinado por la agencia espacial francesa CNES y fue diseñado en 2016. Se utilizaron tres iteraciones del experimento en la ISS.

El primero fue MatISS-1, y se instalaron cuatro portamuestras durante seis meses en tres ubicaciones diferentes del módulo del laboratorio europeo Columbus. Esto proporcionó puntos de datos de referencia para los investigadores, porque cuando regresaron a la Tierra, los investigadores caracterizaron los depósitos en cada superficie y utilizaron el material de control para establecer un punto de referencia para el nivel y tipo de contaminación. .

MatISS-2 tenía cuatro portamuestras idénticos que contenían tres tipos diferentes de material, instalados en una ubicación en Columbus. Este estudio tuvo como objetivo comprender mejor cómo la contaminación se propaga a lo largo del tiempo en superficies hidrofóbicas (repelentes al agua) y de control. El Matiss-2.5 mejorado se configuró para estudiar cómo se propaga la contaminación, esta vez en el espacio, a través de superficies hidrofóbicas utilizando muestras con patrones. Este experimento duró un año y recientemente las muestras se enviaron de regreso a la Tierra y actualmente se están analizando.

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Una vista de cerca de la experiencia MatISS. Crédito: ESA

Las muestras están hechas de una mezcla diversa de materiales avanzados, como monocapas autoensambladas, polímeros verdes, polímeros cerámicos y sílice híbrida repelente al agua. Los materiales inteligentes deben evitar que las bacterias se peguen y crezcan en áreas extensas, haciéndolas más fáciles de limpiar y más higiénicas. El experimento espera determinar qué materiales funcionan mejor.

La ESA dice que «Comprender la eficiencia y el uso potencial de estos materiales será esencial en el diseño de futuras naves espaciales, especialmente aquellas que transporten al padre de los humanos al espacio».

Las misiones espaciales humanas a largo plazo ciertamente tendrán que limitar la biocontaminación de los hábitats de los astronautas.

Aquí se ve al astronauta de la NASA Jack Fisher usando una toallita húmeda en las superficies del Módulo de la Cúpula Europea en la Estación Espacial Internacional. Crédito: ESA

Obtenga más información sobre la experiencia MatISS aquí.

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