En Sevilla, las naranjas sobrantes se utilizan para generar electricidad

En el sur de España, Sevilla es la ciudad que alberga el mayor número de naranjos. Son tantas que cada año terminan en la basura toneladas de naranjas. Como parte de un programa piloto, la ciudad dependerá de estos desechos para producir electricidad.

Originarias de Asia, las naranjas se introdujeron en España hace unos mil años. En la década de 1970, los sevillanos comenzaron a plantar varios miles en las calles. La capital andaluza es hoy la ciudad con más del mundo con alrededor 40.000 ejemplares productor más de 15.000 toneladas de estas frutas por año. Estas naranjas al ser muy amargas, una gran parte de la producción se exporta a otros países europeos, principalmente al Reino Unido donde las frutas se procesan en mermelada.

Sin embargo, la ciudad produce más naranjas de las que los sevillanos consumen o exportan. Y este exceso de fruta se ha convertido en un problema para el Ayuntamiento. Una vez caídas, las naranjas se aplastan bajo las ruedas de los coches. El jugo que sale atrae a las moscas. Aproximadamente doscientas personas están empleadas actualmente simplemente para recogerlos y eliminarlos «limpiamente».

Naranjas fermentadas para producir electricidad

Por ello, desde hace varios años la capital andaluza se plantea una forma de dejar de desperdiciar este exceso de naranjas. La ciudad ha puesto en marcha así un programa piloto con Emasesa, la empresa municipal de aguas, a través del cual treinta y cinco toneladas de estos frutos se utilizará para abastecer una planta depuradora de agua.

El principio es simple. Las naranjas se colocan en una instalación que ya produce electricidad a partir de materia orgánica. Una vez que las frutas fermentan, el metano producido se utiliza para impulsar el generador y generar electricidad.

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«Es una experiencia innovadora de economía circular a través del cual aprovechamos la materia orgánica. Queremos reciclar todas las naranjas que se tiran en la ciudad.“, Dijo Enrique Vaquerizo, jefe del servicio de agua de Emasesa, en un comunicado. «Gracias a este proyecto piloto, transformamos una fábrica que solía consumir mucha energía para empezar a producirla«.

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Por cada tonelada de naranjas se obtienen unos 500 litros de zumo y 500 kilos de piel. Crédito: Emasesa

Con la cantidad de fruta disponible en la planta de procesamiento, la ciudad planea producir alrededor de 1.500 kWh, suficiente para proporcionar electricidad a 150 hogares. Si estas pruebas son positivas, se espera que la planta procese aproximadamente 1.700 toneladas de naranjas cada año, suficiente para alimentar 73.000 hogares en electricidad.

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