El uso de fertilizantes artificiales está prohibido en la finca de Tomás Villanueva en el pequeño pueblo de Tepetixtla en la costa oeste de México. Todas las frutas y verduras que se cultivan se fertilizan con un abono casero elaborado con excrementos humanos. El estiércol y la orina tienen mala reputación, dice Villanueva, no solo el proceso de compostaje los hace higiénicos, sino que también son la mejor opción de fertilizante para la fertilidad del suelo y la biodiversidad.
El fertilizante orgánico compostado a partir de desechos humanos ayuda a que las plantas crezcan mejor y protege el suelo
En México, los fertilizantes artificiales dañan el suelo, reducen la biodiversidad y contaminan el agua. Es por eso que algunos agricultores, como Villanueva, usan heces y orina humanas compostadas para proporcionar a las plantas los nutrientes que necesitan. El proceso también ahorra agua y reduce la contaminación ambiental, ya que las heces no se descargan a las alcantarillas, como suele ser el caso en México, y se descargan principalmente directamente a los ríos, lagos y el mar.
Objetivo del proyecto: Se dice que el compost hecho de excrementos humanos ayuda a reducir el impacto negativo de la agricultura.
Organizaciones asociadas: Finca orgánica Ollin Tlalli, proyecto agrícola Arca Tierra, ecobarrio/pueblo Ecotepec fundado por el arquitecto Cesar Anorve.
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