– Anuncio –
VIAJES: por Eric Mackenzie Lamb
Hace unas semanas, a través de un conocido mutuo, conocí a Reid Stowe, sobre quien, siendo marinero, había leído extensamente y admirado.
Su yate, llamado Anne en homenaje a su madre, lo había construido él mismo. La goleta con cangrejo tenía 70 pies de largo y 16 pies de ancho, y estaba hecha de acero y fibra de vidrio. Le llevó un año y medio completarlo.
Antes de salir de Nueva York cargó seis toneladas de bienes no perecederos para alimentarse. Zarpó en abril de 2007 y cruzó el Atlántico hacia el Cabo de Hornos y el Océano Pacífico. Regresó a Nueva York 1.152 días después.
¿Encontró condiciones climáticas peligrosas? Sí, respondió. Un día, su barco fue golpeado por una enorme ola que lo volcó. Afortunadamente, el yate se enderezó y no sufrió heridas.
Recientemente, se puso en contacto con Elon Musk con la esperanza de que juntos pudieran formar una empresa llamada Mars Analogue. Su objetivo era entrenar a futuros astronautas para que sobrevivieran largos periodos en el espacio. Todavía está esperando una respuesta.
Una historia verdaderamente sorprendente. Y, con suerte, una inspiración para otros.
– Anuncio –
También te puede interesar
-
Descubrimiento de una nueva especie de tiranosaurio en China
-
Un nuevo método ofrece una solución prometedora para el tratamiento de sustancias perfluoroalquiladas
-
Los ingenieros completan las pruebas en tierra caliente de los sistemas Starliner
-
La curiosidad camina hacia una roca, la rompe y revela un sorprendente cristal amarillo
-
Los científicos dicen que un nuevo robot algún día podría saltar 400 pies